La botella fue destapada una noche de verano de mil novecientos noventa en una terraza de la zona sur de Buenos Aires.
El corcho está alojado desd entonces en la garganta del artista plástico Roger di Canal, por lo que el proceso de fermantación de su espíritu en ireversible.
Los poros tenaces de Roger emanan todo el tiempo la hìbrida sustancia de su deliro.
n grupo de volntarios, sostenido por los hilos de arte y del amor reúne esa sustancia en tarrritos que son etiquetados, exhibidos, vendidos, derramados, ingeridos, analizados, donados, detruidos, robados apilados.
El cuerpo generoso de Roger di Canal es por fin una cantera en manos de las musas.
5.15.2006
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario